Muy buenas señores
Les presento una de las últimas adquisiciones que han entrado en la caja, en este caso se trata del raro, esquivo y poco visto Vostok en su edición Commandant Cousteau.
Los que fuimos a la EGB y somos de los 70, nos sentábamos cada tarde en la sobremesa a admirar los maravillosos tesoros submarinos que nos mostraba el programa El Mundo Submarino que daban en la segunda cadena de la pobre programación televisiva. La musiquilla característica nos recuerda hoy, la que ya vimos en el repaso del Alsta y la BSO de Tiburón, fíjense qué curioso.
Capítulos donde el Comandante Jacques-Yves Cousteau a bordo del Calypso y con su valiente tripulación,
introducían en nuestros hogares, jaulas de tiburones, imersiones extremas con gases, los primeros nano sumergibles tripulados, otras culturas y la preciosa fauna submarina, todo ello aderezado de vez en cuando para los más “avezados” de algunas tomas con preciosos y contundentes “divers” que en la época ni en nuestros sueños más húmedos intuiríamos nunca que pudieran habitar nuestras muñecas … todo se anduvo verdad?
En cuanto al barco Calypso, como bien saben ustedes, pudimos ir contemplando cómo éste se iba equipando con “alucinantes” capacidades, como la quilla bulbosa de observación marina, la plataforma para helicópteros, grúas de gran tonelaje para los mini submarinos, rampas, artilugios de medición y un largo etcétera.
En este link pueden encontrar algunas notas del mismo:
En cuanto al personaje que nos ocupa, qué podemos decir que no se conozca, uno de los más grandes pioneros y aventureros en el mar, oficial naval francés, explorador, investigador, oceanógrafo, director de documentales e inventor de numerosos avances en el terreno de las escafandras autónomas y la exploración marina.
Con tan sólo cuatro años de edad, su frágil estado de salud hizo que el médico le recomendara evitar los deportes bruscos y le aconsejó como alternativa, la natación. Ahí comenzó entonces la fascinación por el medio acuático que lo acompañaría toda la vida.
Recuerdo leer en sus memorias, hace años que de joven una vez se sumergió a pulmón en los alrededores de Marsella, y sintió tal calma y sentimiento de tranquilidad y sosiego bajo el agua, que en ese momento decidió dedicarse a lo que más le gustaba, la exploración submarina.
Recuerdo haber llorado cuando “El Insigne” Comandante “nos dejó” allá por 1997.
Hoy Vostok nos acerca un curioso y poco visto homenaje. El Vostok Commandant Cousteau.
Se trata de una pieza que si bien en la esfera, caja, incluso brazalete tampoco es que sea un derroche de imaginación, dado que sin ir más lejos, la caja Vostok 960 sin asas es por todos conocida, incluso la disfruté en el Neptuno en su día cuando salió, no es menos verdad que es muy poco vista, curiosa y original.
La pieza guarda ciertas “reminiscencias” clásicas a los primeros Rolex Submariner con los que se dejaba fotografiar el oceanógrafo.
Se trata de un diver de 40 mm curioso entre skindiver y deskdiver, con esfera negra mate, muy espartana con 4 índices destacados de forma piramidal, saetas de espada que se destacan igualmente por su sobriedad y ausencia de color en la minutera, al igual que la trotadora ésta con una leve forma en flecha. Su lúmen es poco menos que testimonial, como habitualmente solemos ver en la marca.
El estrecho bisel curiosamente carece de trinquete y es operable en ambas direcciones con un movimiento agradable de fricción. El agarre, al disponer de un dentado muy fino, no es óptimo, si bien, cumple adecuadamente.
Se trata de un 200 m con el conocido “humilde” movimiento automático 2415.01 sin fechador, (2416 con fechador), 31 gemas, corona embragable, que curiosamente viene muy bien ajustado.
No obstante, lo más destacado de la pieza quizá lo encontremos en las leyendas de la esfera, “Odisea Submarina” en francés, a lo que le sigue un fabricado en Rusia, ¡ también en francés !, ja,ja ¡ qué arte !
Está claro que presenta una orientación para el público galo.
Igualmente, las leyendas de la tapa trasera roscada, típica por cierto, con tapa y anillo roscado aparte, con gran junta tórica plana, son importantes en este caso además porque van acompañadas de un bonito dibujo grabado que representa la inmensidad del océano con una ballena y un pequeño submarinista que parecen “comunicarse” todo muy alegórico, ya conocemos como se las gastan los rusos en los logos, y evocador.
Se le acompaña la leyenda, también en francés de Comandante Cousteau, la cual le pone la guinda al pastel al ser una de las más afamadas frases del marino, y es: “La mer, une fois qu’elle a jeté son sort, tient pour toujours dans son filet d’émerveillement” que se traduce: El mar, una vez que ha lanzado su hechizo, retiene para siempre en su red de maravillas. Que alguna vez escuchamos en su día los seguidores del programa, sin saber muy bien que procedía del mismísimo Cousteau, pero que quedó ahí en algún lugar recóndito de la mente.
Una frase enormemente evocadora con la que me siento plenamente identificado y que puedo decir a mis recién cumplidos 52 años, cuya pieza fue regalo por tal circunstancia, frase como digo, la cual ha determinado toda mi existencia, como más de uno sabe de mi vida.
El brazalete, tipo Oyster, presente un eslabón central pulido a espejo, que si bien no es de mi predilección, no afea para nada la pieza. Le aporta un toque elegantón. El cierre de doble pulsador con cierre de seguridad doble, está elaborado en una fina chapa extrusionada lo cual les ha servido para afianzar el enorme relieve del logo. No queda mal y funciona, lejos de los antiguos brazaletes de chapitas.
Un relojito temático, cómodo, pequeñito, de estilo clásico, curioso, evocador y que al ser discreto pasa desapercibido, pero que tiene un atractivo especial e inherente.
Bueno amigos, no les canso con más cháchara, espero les haya gustado la pieza.
Gracias por leerme.
Saludos !





















