Buenas tardes. El coleccionismo de navajas es algo que me encanta, y vengo practicándolo décadas. Y tiene mucho peligro, como los relojes, porque ocupan poco espacio (algunas). Empecé el día que mi padre me regaló una navajita que fue de mi abuelo, la restauré y me registré en el foro de Armas Blancas, donde aprendí muchísimo. Ahí descubrí que la navaja de mi abuelo era en realidad un “machete de tapitas”, fabricado por un artesano de Santa Cruz de Mudela, con cachas de cuerna de ciervo.
Y así hasta hoy, que en casa, los 4 tenemos en el cajón de los cubiertos cada uno una navaja para comer, no usamos cuchillos. Y cada vez que salgo de viaje y puedo, me traigo de recuerdo una navaja originaria del lugar.
He abierto la caja, y he fotografiado algunas de las más curiosas de las que tengo.
Empezamos por algo que no es una navaja, es un cuchillo sastaguino, originario de Sástago (Zaragoza), con cachas de margaritona, un mejillón autóctono del río Ebro.
Seguimos con esta curiosidad, una navaja Occitana, comprada en una cuchillería en Carcassonne, junto a la Basílica de San Nazario. Tiene una cacha de cada color, los colores de la bandera de la Occitania, y en el lugar de la cabeza del resorte, la cruz de Occitania.
De la última vez que estuve en mi querida Huesca, me traje esta navaja templaria francesa “Fidelis” con cachas de Cocobolo, comprada en la Cuchillería Gabriel, muy curiosa, en vez de palanquilla lleva un anilla para tirar y liberar el seguro.
Una pequeña navaja norteamericana, una Remington.
Esta es parte de mi colección de navajas artesanas de Taramundi. Este verano, que estuve en Asturias, me traje un par de ellas compradas en Pola de Somiedo.
Dos navajas de acero de Damasco. La grande la compré hace muchos años, en mis inicios en las compras por Internet, cuando existía iBazar

De ahí compré dos navajas grandotas de acero de Damasco, una para un compañero de trabajo y la otra para mí. Las dos procedían de (quiero recordar) Afganistán o Pakistán. Es un armatoste, pero muy bonita, y el acero no es “pintado”, qué va. Corta como un demonio, y se aprecian las líneas del acero al tacto.
La pequeña es una Croco Knives muy bonita. La fábrica también radica en Pakistán.
Ahora vienen las dos navajas que tengo fruto de este foro:
Un par de navajas largas. La de arriba es una navaja árabe de Santa Cruz de Mudela, la de abajo es más sencilla, albaceteña de pro.
Y acabamos con las ubicuas Opinel. Es una navaja batallera estupenda, con un sistema de cierre muy ingenioso que muchos han copiado. La número 08 Inox es mi navaja de mesa actual (antes lo fue la 09 Carbono), y luego las 02 y 13 las pillé en una tienda que cerraba y liquidaba su stock, y me llamaron la atención, la más grande y la más pequeña del fabricante galo.
Espero no haberos aburrido. Saludos